Las mascarillas FFP2 se han convertido en el elemento preferido de la mayoría de la población para evitar la transmisión del virus. No obstante, si no hacemos un buen uso y no sabemos cómo ponernos las mascarillas FFP2 de la manera correcta estaremos perdiendo ese 95% de filtración por las que son reconocidas, incrementando el riesgo de contagiar o ser contagiados de coronavirus u otras enfermedades infecciosas. Es posible que nada más colocarla esté correctamente posicionada en el rostro, pero puede descolocarse si movemos la cabeza o hablamos, así que presta atención.
Esta es la manera correcta de evitar que salga el aire por los costados o hacia arriba y, por tanto, evitemos una vía de entrada y salida de partículas.
La mejor forma de ponerte las mascarillas FFP2
Es evidente que las mascarillas FFP2 no se ajustan al rostro de la misma manera para todas las personas.
La mascarilla tiene que quedar a ras contra las mejillas, bajar alrededor de la barbilla y pasar por encima del puente de la nariz.
Para comprobar que la mascarilla FFP2 está bien ajustada al rostro hay un método que consiste en la “verificación del sellado”. Esta comprobación se basa en colocar las manos sobre la mascarilla una vez que nos la hemos puesto y, de este modo, bloqueamos la salida del aire. Después, exhala el aire lentamente. Si sientes que el aire sale por uno o ambos lados o que sube hacia los ojos, no te has puesto bien la mascarilla. Fácil, ¿verdad? Este gesto no cuesta nada y, eso sí, antes de hacerlo, lávate las manos correctamente y desinféctalas con gel hidroalcohólico.
A continuación, mueve la cabeza de un lado a otro y asegúrate de que la mascarilla no se mueve.
¡Ya lo tienes!
¿Qué hacer si la mascarilla FFP2 te está grande?
Si una vez realizada la comprobación ves que el problema es que la mascarilla queda demasiado holgada, puedes ajustarla. Al igual que podemos ajustar los cordones de las gafas, hay muchos trucos que podemos seguir para adaptar una mascarilla que nos queda grande.
Lo más conveniente es recurrir a un tope de silicona, el cual podrás encontrar en una mercería de barrio o en cualquier otro comercio similar. Con la ayuda de uno de los extremos que estires de un clip podrás incorporar el tope en “el asa” de la mascarilla fácilmente.
De igual modo, los míticos hamas, esas pequeñas cuentas de colores que todos hemos tenido en casa de pequeños, también serán de gran ayuda para ponerte la mascarilla FFP2 correctamente.
Si no sabes exactamente de qué te hablamos y quieres ajustar tu mascarilla de tipo FFP2 seguro que otra persona cercana podrá ayudarte, lo importante es que soluciones el problema cuanto antes y hagas lo mismo con todo tipo de mascarillas que uses.