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¿Sabes lo que debes tener en cuenta para la desinfección de alfombras? Antes de guardarlas, asegúrate de que estén totalmente limpias y sigue nuestras recomendaciones.

Cuando se avecinan lluvias o simplemente para garantizar la desinfección, hay que mantener las alfombras en buenas condiciones. Este tipo de textil es el filtro que necesitamos en la puerta de la casa o de los establecimientos para impedir la entrada de suciedad (polvo, ácaros, bacterias, virus…). 

Pese a que no sea agradable pensar en ello, las alfombras suelen acaparar todo rastro de suciedad. De hecho, algunos tejidos pueden acumular millones de ácaros y bacterias, además de tierra, pelos, restos de piel muerta, migas, etc. Con frecuencia, pueden convertirse en foco de infección. 

La desinfección de alfombras, no basta con limpiar

Para evitar la propagación de virus e infecciones hay alfombras especialmente desinfectantes. Se trata de felpudos que requieren de la pulverización de un producto desinfectante para garantizar su eficacia en todo momento.

Para mantener limpias las alfombras hay que emplear la aspiradora con frecuencia y, además, seguir las siguientes recomendaciones:

  • Al menos una o dos veces al día, según la afluencia de personas, distribuir un producto desinfectante con un pulverizador en la zona de limpieza del felpudo. Para ello, hay productos de higiene y limpieza profesional altamente efectivos. Nuestra recomendación es Onfelp, desinfectante de alfombras.
  • Colocación estratégica de la alfombra: Conviene que esta cubra el área de acceso al lugar en el que queremos estar libres de contaminación y microbios.
  • Se recomienda a todos los transeúntes pisar la alfombra un par de veces con la suficiente fricción en su zona central.

Cómo guardar correctamente las alfombras de casa

Si lo que quieres es dejar tu alfombra correctamente preparada y doblada para guardarla, es la época ideal. Poco a poco va subiendo la temperatura y las horas de sol al día se van prolongando, por lo que es normal querer dejar atrás las alfombras que tenemos por casa.

Para ello podemos hacer una limpieza de vapor, que es una técnica de higienización que reduce la presencia de ácaros y gérmenes de forma significativa gracias al empleo de agua a alta temperatura.

Una vez hecho esto, también aconsejamos pulverizar la superficie con nuestro líquido desinfectante y esperar a que la alfombra esté lo suficientemente seca antes de guardarla. Una vez nos hemos asegurado de que la alfombra está libre de humedad, suciedad y malos olores, procedemos a doblarla. Un truco muy eficaz para doblar la alfombra es estirarla sobre una sábana o tela vieja, es conveniente que esta sea más grande que la alfombra y pueda sobresalir. Luego, metemos hacia dentro los pliegues de tela que sobran y comenzamos a enrollar.