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Garantizar la inocuidad de los alimentos y la higiene alimentaria es fundamental en este sector. No solo porque tranquiliza y cuida de la salud de los consumidores, sino también porque la normativa es muy estricta al respecto.

La limpieza y la desinfección en la industria alimentaria requieren seguir un determinado protocolo y es importante emplear productos especializados para tal fin. De hecho, lo habitual es implementar un programa específico para cada empresa o compañía y formar al personal para que estas tareas sean una parte más de su trabajo.

Objetivos de la limpieza y la desinfección para la higiene alimentaria

Normalmente ambos procesos (limpieza y desinfección) se realizan por separado. Mientras que la limpieza elimina toda la suciedad del material empleado (grasa, material orgánico, desechos, polvo etc.); la desinfección combate a todos los microorganismos presentes.

Hay que limpiar primero para que el producto desinfectante pueda actuar con mayor eficacia. De este modo, la calidad de los productos no se ve alterada.

Consejos de limpieza para empresas alimentarias

Hay diversos elementos y superficies que requieren de una limpieza frecuente en las instalaciones de la industria alimentaria: campanas extractoras, planchas, hornos, freidoras, cámaras frigoríficas, útiles de trabajo, maquinaria, líneas de producción, pavimentos, paredes…

¿Qué pasos no pueden faltar?:

  • Limpiar los residuos de las superficies para eliminar la suciedad más evidente
  • Aplicar una solución detergente para despegar la capa de grasa y la suciedad más adherida
  • Enjuagar con agua caliente (de más de 40º) y a presión 
  • No barrer en seco: puede favorecer la contaminación cruzada

Es aconsejable el uso de jabones bactericidas, secarse con toallas de un solo uso e ir correctamente equipado (gorro, mascarilla y uniforme bien limpio).

La desinfección en la industria alimentaria

Después de la limpieza hay que desinfectar.

Para garantizar que los productos que se emplean en la industria alimentaria son efectivos y están autorizados para utilizarse en estos entornos deben estar inscritos en el Registro de plaguicidas no agrícolas o biocidas. Es decir, estos productos deberán aparecer con las siglas HA (de higiene alimentaria) en su número de registro.

Por ejemplo, si usamos lejía, hay que emplear una que esté indicada para las industrias relacionadas con la alimentación.

Otro aspecto a considerar es el rango de concentraciones de las soluciones desinfectantes. Además, los desinfectantes que empleemos en la industria alimentaria tendrán que ser compatibles con el tipo de superficie a tratar. En el caso de ser demasiado agresivo podría degradar el material, pero si no llega a ser lo suficientemente activo sería poco útil.

Recuerda que en términos de limpieza y desinfección en la industria alimentaria no solo se trata de mantener una buena higiene: hay que prevenir la alteración de los alimentos, prevenir la intoxicación alimentaria y garantizar un consumo seguro.

Por tanto es importante que los alimentos no entren en contacto directo o indirecto con los desinfectantes y detergentes. Muchos de nuestros clientes del sector alimentario certificados con la norma IFS (International Food Standard) confían en la calidad de nuestros productos para sus trabajos de limpieza y desinfección